Tony Croato nació en Italia, se crió en Argentina o Uruguay, pero desde que llegó a Puerto Rico dejó de ser de allá para ser más jíbaro que yo. Su amor por la cultura, la música, en fin todo lo nuestro, lo llevó a ser un experto en lo que a Puerto Rico se refiere.
"Juan Ramón se fue muchacho, se fue lleno de ilusión,Y en el pueblo ya lejano...quedan recuerdos de amor" ...
Así comienza una de las canciones de Tony Croato, "Carta a Moncho", mi preferida... No sé si él la escribió pero él la cantaba y cada vez que la escucho se me forma un nudo en la garganta. La canción es una carta de un padre jíbaro a su hijo Moncho...
A Moncho, mijo:
desde hace algún tiempo no recibo carta tuya, Ay monchitín, como hoy se embarca Jacinta que llegó ayer de Jayuya. Aprovecho la ocasión, pa’ mandarte cuatro letras, hijo de mi corazon...
Pancha te manda pasteles, Lola, marallos y queso , tu abuela abrasos y besos y tu mai, la bendicion. Lo que yo mijo no atino, si quiero ecribir derecho, tengo un dolor en el pecho que no me deja dormir...Pero no te apures Junior, no te quiero ver sufrir, tu ya sabes que este viejo es como el morivivir..., cuida’o con las malas juntas, te echo la bendición, que la visne te acompañe, te quiere siempre tu pai, Juan Ramón.
Estudió lo nuestro tan a fondo que trajo en su música educación. Nos creó conciencia, junto a grupos como "Haciendo Punto en otro son" que nuestra música jíbara es música para todo el año y no solo para Navidad. A mí en lo particular me hizo sentir orgulloso de ser jíbaro, no en la nota derrogatoria de ser inculto o ignorante sino ser jíbaro por tradición y por amor a la patria.
Nos enseño que para amar a la patria no se necesita ser nacionalista o independentista, popular o penepé... sino ser puertorriqueño.
Tony era un buen católico y su "Misa Jíbara" lo inmortalizará.
"Como el cantar de los campos, como el canto del coquí... Virgen de la providencia, tu tambien eres de aquí"...
Tony se fué a morar con el Señor un par de días despues que el "Papa Viajero".
Me imagino que ambos cogieron la misma guagua para llegar al cielo. Ambos llevaron alegría y consuelo a multitudes y esas mismas multitudes hoy lloran la partida.
Pero ambos dejan un legado, ambos nos dejan una enseñanza: hay que venir a la tierra y sembrar... abonar con talento, trabajo y empeño para que el mundo goce los frutos y el futuro sea mejor...
Sus nombres quedan para la eternidad y de nosotros depende que sus enseñanzas perduren y nuestros hijos puedan tambien gozar como nosotros hemos gozado de la presencia de estos dos extraordinarios seres humanos.
Gracias a ambos...Descanzo eterno concédeles Señor...
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Edith M. Salas -