En estos próximos días comienzan de nuevo las clases y los muchachos regresan a la escuela. Un alivio hoy en día para muchos que tienen que pagar un saco de billetes para mantener los muchachos ocupados, que si en campamentos, cines, viajes, parques de diversiones, DVD's, etc.
Muchos mandan a sus hijos a pasar las vacaciones con sus abuelos, tios, parientes o compadres en el exterior. Y es que en estos días en donde tanto la madre como el padre trabajan hay que ingeniárselas para encontrar como mantener ocupados a los muchachos en los casi tres meses de vacaciones.
En mis tiempos, había que chuparse un cable y lo más lejos que te mandaban era de Ponce a San Juan como era mi caso. Mami nos repartía, y un verano era con mi tía o mi prima o con su amiga Boiso en la losa (San Juan).
Pero olvidándonos de lo que se hacía en el verano, el regreso a clases era un acontecimiento, principalmente cuando uno era chiquito. ¡Qué mucho se vacila ahora despues de viejo recondando aquellos días! Déjame compartir contigo aquellos recuerdos, que si estás en mi "range" de edad, los vas disfrutar y quien sabe cuántos aún en estos días tienen las mismas experiencias.
Comenzaré por decirte, que te gustara la escuela o no, uno no podía esperar que se acabaran las vacaciones para volver a estar ocupados y ver otra vez a los amigos del grupito. Se empezaba por la lista de las cosas pa' la escuela, el uniforme, los zapatos nuevos y los materiales.
En la escuela Ramiro Colón Colón donde yo hice mi escuela elemental en Ponce, el uniforme era Kaki con corbata negra. Pantalón corto, hasta el cuarto grado más o menos. El de las muchachas lo cambiaban a cada rato pero generalmente era una blusa blanca y una falda azul marino o de cuadritos en distintos colores. Tenías que usar zapatos. Nada de tennis o Adidas. Los viernes , uno tenía que vestirse de blanco. ¿Porqué rayos? Honestamente no me acuerdo la razón.
Volviendo a la lista, te llevaban a comprar las libretas aquellas con un margen colora'o. Las había de dos tamaños: unas flaquitas que costaban diez chavos y las gordas que costaban a peseta. Cuando había dinero en la casa, te compraban los "forros" (para vestir las libretas y los libros) porque en la escuela no te permitían libretas y libros sin forrar. Los había de dos tipos. Los de papel que costaban a chavo (color kaki) y unos más duritos que venían en distintos colores que costaban a cinco centavos. Cuando no había dinero, los libros se forraban con las bolsas de colmado. Se abría la bolsa y se planchaba con la plancha caliente si estaban estruja'os....porque no se podía llegar con las libretas enseñando el blanco y el negro de las carpetas. Las libretas estaban cocidas con hilo y cuando tú arrancabas una página en realidad perdias dos hojas.
Los lápices baratos no tenían goma para borrar y los zacapuntas eran un lujo. Para sacarle punta al lápiz usábamos una "yen" o navaja de un filo. Por supuesto que me corté un montón de veces sacando punta. Yo aprendí a esperar a llegar a la escuela y pedirle a la nena de los moñitos el sacapuntas presta'o, porque aquella contrayá de nena tenía de todo...
Había que tener una regla, crayolas, y los más grandecitos un compás. No habian mochilas. Se usaban los bultos tipo maletín. No podía faltar para aquellos que podían, las loncheras de Superman o de vaqueros equipadas con un telmo que se esbarataba en mil pedazos siempre en la primera semana de clases. primer día de clases era excitante porque tú querias saber con qué maestra te iba a tocar. Con todo el respeto, cada una de ellas tenía un sobrenombre: "la vaquera", "la bruja", la "jamona", "la flaca"... eran sobrenombres que se guardaban en el más extricto secreto. Luego venía el saber el grupo en que te tocaba. Generalmente los grupos eran en base a las notas que se tenían. El grupo de los "estofones" era el grupo de los más inteligentes.
Al llegar el primer día, uno vestía de nuevo, todo nuevo... Los zapatos te tenían que durar todo el año y cuidadito si llegabas con la ropa manchada. Al llegar al salón hogar la "missis", así le decíamos a la maestra, empezaba a pasar lista y a preguntar si uno era familiar de tal o cual alumno que ella le dio clases en el pasado. Si por casualidad entre las preguntas te decía que conocía a tu papá o a tu mamá, ponle el sello que estabas chava'o.
Uno quería sentarse cerca de su grupito y de la nena que a uno le gustaba o de aquellos que era fácil copiarse en los exámenes. Pero algunos maestros llegaban con la maligna idea de sentarte por orden alfabético y siempre daba la mala pata que la nena que te gustaba iba a estar sentada al otro lado del salón.
En el primer día de clases te pedían 10 centavos para la Cruz Roja y te daban un alfiler que lo ponías en la camisa. Repartían los "tickets" para los que comían en el Comedor Escolar. Un resuelve para los que no tenían buenas comidas en su casa. A mí del Comedor, me encantaban las salchichas guisadas, la jamonilla que la hacían de cuanta forma hay y el huevo en polvo . Los postres eran siempre los mismos, piña en almibar, ciruelas en almibar, más piña en almibar. Lo que yo no podía soportar era la leche en polvo... te daban un vaso de leche caliente y a veces le echaban adentro mantequilla de maní... y no te podías levantar hasta que no te tomaras la leche...
Al llegar al sexto grado, los grandes de la escuela tenían el privilegio de ser "patroles". Los "patroles", despues de pagar 50 centavos usaban unas especies de cintas anaranjadas o amarillas que le cruzaban el pecho y la cintura y sobre el corazón una chapa plateada. Los patroles eran la autoridad de la escuela despues de los maestros y la principal . Los patroles controlaban el tráfico de por donde tu entrabas o salias, izaban las banderas y lo más importante, eran los primeros en salir de las clases para cumplir con sus obligaciones. A los patroles habia que respetarlos porque si no, te "choteaban" o te acuzaban con la principal y estabas en problemas.
Me estoy limitando al primer día de escuela y ver cuanta diferencia hay en los días presentes. No sé porqué, pero me parece que los muchachos la pasan tan bien en el verano que no quieren volver a la escuela...
2 comentarios
Edith -
Siempre recuerdo mi primer dia en primer grado. A la hora del almuerzo me dieron un pedazo de pan con la comida. Yo estaba tan contenta que me lleve el pan al patio para comermelo mientras jugaba. Al salir tropeze con un muro al frente del comedor y ahi quedo el pan, pues cayo a la tierra mojada y no me atrevi a recogerlo.
Gloria Mioulier -